Necesito un trago de nostalgia.

"Abrazados en el mar de la desesperación,
yo te hundo un rato para respirar,
luego tú a mí. 
Es la única alternativa que tenemos para vivir."
Así es como incio este espacio... Supongo que, una vez más, lo usaré para desahogarme,  será mi diario; uno público, lo contrario a lo que se supone que es un diario, algo privado, dah.
Bah, tampoco es que vaya a escribir todas mis intimidades, sólo algunas... De esas que a veces quieres gritar y patalear, pero mejor te quedas mirando a la nada y pensando: "¿Y ahora qué?"
A veces, sólo a veces, quisiera gritarle al Mundo todo lo que sucede, todo lo que me turba y agobia, lo que me saca sonrisas y lágrimas, aquellos momentos donde la alegría de mis ojos se disuelve para convertirse en la agonía de todos los días... Ahhhh, quiero cambiar, de verdad lo intento, solo que... Soy débil.

Mmmh... la fotografía que subí, un par de cadáveres abrazados, ¿lindos no? Son la prueba de que...


El amor y la muerte.
Tan distintos y aún así, tan unidos.
Se complementan a la perfección.
Maravilla contemplar la gracia de ellos juntos.
Porque, por separado, son totalmente aborrecibles.
No pueden existir el uno sin el otro.

El amor; el amor siempre es el último clavo en el ataúd de la vida.
Lo que hace que todo llegue a su final, no es la muerte.
Es el amor, aquello a lo que humanamente llamamos "amar".
Sí que sabemos como disfrazarlo.
Porque en realidad ¡es una trampa maldita!

Por eso, la muerte es preferible.
Es el siguiente y último paso.
El final de la agonía.
El descanso y la oscuridad eterna. 
Al fin podemos cerrar nuestros ojos en paz.


Sin embargo, yo vivo enamorada, es el primer paso, amar. Disfruto y disfrutaré de él todo lo que se me permita, para luego, cuando venga el último... No. Mejor no pensaré en eso por hoy.

En fin, a ver qué pasa.

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