12.10.2014
Les voy a contar mi tragicomedia más reciente.
"Y ahí estaba yo; fuera del mall, feliz con mi novio y familia, después de ver una buena película. Todo era miel sobre hojuelas.
No pasó ni un segundo, cuando 'él' con 'esa' cambiaron todo mi lindo sentir a fuertes náuseas y lágrimas a punto de brotar ferozmente.
Nos saludó, nos 'la' presentó; fue extremadamente difícil no escupirles en vez de dar el saludo de mano como debía.
Sin embargo, lo hice. Saludé de mano. El contacto fue mas repulsivo que la vista ante mí.
Para ser una persona extremadamente visceral, estoy orgullosa de no haber hecho algo peor que la mirada fría que les dirigí.
Siguieron su camino. Estaba cayendo. Mi novio me sujetó con fuerza. No sabía si eran mis tacones que me traicionaban o el sentimiento.
Las náuseas aumentaron, veía los botes de basura dispuestos a recibir mi asco y dolor. Todo daba vueltas. Un sollozo brotó de mi interior.
Caminé con ayuda hacia el estacionamiento, sollozando cada vez más fuerte. Al llegar a la camioneta sentí como lo perdía.
Adiós control.
Me abrazó con la fuerza exacta. Como sólo él sabía que lo necesitaba. Me dejé ir entre lágrimas y coraje brotando rápidamente.
Ya en el vehículo arrojé mis lentes. Limpié mis lágrimas con fuerza. Me negaba a continuar con mi rabieta. Soy mejor que eso. Soy más que él.
Puedes abandonarme. Puedes golpearme. Herirme de todas las maneras posibles. Puedes desparecer. Puedes ir y venir del infierno.
Pero nunca, entiende bien, nunca podrás recuperarme.
Puede que mi corazón sea blando e intente aceptarte. Pero mi ser, mi esencia te repele."
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