| Parallels |

Hace 5 años de mi última entrada en este blog, la cuál inicié con:

"Es asombroso las vueltas que da la vida, como todo puede cambiar de un segundo a otro",

y verdaderamente lo es.

Hace 5 años me despedí de la tierra desértica que me vió crecer, que me dió y me quitó tanto...

Hace 5 años dejé atrás todo lo que conocía; incluyendo al amor que tanto me dolió, mi familia que tanto me humilló y todo lo que alguna vez llegué a amar con cada fibra de mi corazón.

Hace 5 años tomé la mejor decisión de mi vida; a mis ya no tan tiernos 23 años tomé mis ovarios y los usé para lograr irnos mucho a la chingada de ese infierno de vida que estaba viviendo.

Hace 5 años mal vivía; luchaba dando patadas de ahogado para salir de la peor depresión que he vivido, del peor dolor que he conocido (al día de hoy) y de pérdida tras pérdida.

Estuve 6 meses siendo no más que un espectro; deambulando por las calles que solía ver como mi hogar, de convivir con las personas que eran mi vida y mi todo, mi vida como la conocía dejó de existir, perdió perspectiva, color, sabor... Tuve tantas pérdidas en tan poco tiempo, fue el peor efecto dominó que pude haber presenciado y no sólo eso, lo viví en carne propia, pero lo más importante de todo, lo sobreviví.

Tomé dos maletas viejas, las llené con lo poco que tenía de ropa, un pasaje de camión , mis lágrimas y me fui a 1,200 kilómetros de aquella ciudad que me pisoteó hasta romperme en maneras que no creía posibles.

Y no, no fue fácil sobrevivir; utilicé todo ese dolor para impulsarme y salir de ese agujero recóndito y oscuro; me lancé a la aventura, a lo desconocido y lo mejor de todo; lo hice sola. 


"¿Qué cómo sobreviví todo aquello?" te preguntarás, 
Fácil, soy una chingonada de mujer.

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